La ausencia disminuye las pequeñas pasiones y aumenta las grandes, lo mismo que el viento apaga las velas y aviva las hogeras. (Rochefoucauld)

viernes, 12 de septiembre de 2014

HORA DE LA CENIZA. (ROQUE DALTON)



Finaliza septiembre.
 Es hora de decirte lo difícil que ha sido no morir.
Por ejemplo, esta tarde
tengo en las manos grises
libros hermosos que no entiendo,
no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia
y me cae sin motivo el recuerdo
del primer perro a quien amé cuando niño.
Desde ayer que te fuiste
hay humedad y frío hasta en la música.
Cuando yo muera,
sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable,
mi bandera sin derecho a cansarse,
la concreta verdad que repartí desde el fuego,
el puño que hice unánime
con el clamor de piedra que exigió la esperanza.
Hace frío sin ti. Cuando yo muera,
cuando yo muera
dirán con buenas intenciones
que no supe llorar.
Ahora llueve de nuevo.
Nunca ha sido tan tarde a las siete menos cuarto
como hoy.
Siento deseos de reír
o de matarme.




Roque Dalton

 

martes, 15 de julio de 2014

RITOS. (PABLO GARCIA CASADO)




Los recuerdos son facturas a tu nombre
sé que el adiós tiene su rito y el tuyo
es dejarme vacía la despensa de los sueños

a veces me pregunto qué hicimos mal
te mandaré flores cada otoño puedes venir
por las facturas al menos las de la luz

estoy a oscuras por culpa de tus ritos.



 Pablo García Casado


 


miércoles, 18 de junio de 2014

SI DICES UNA PALABRA MÁS...(DULCE MARIA LOYNAZ)




Si dices una palabra más,
me moriré de tu voz,
que ya me está hincando el pecho,
que puede traspasarme el pecho
como una aguda, larga, exquisita espada.
Si dices una palabra más
con esa voz tuya, de acero, de filo y de muerte;
con esa voz que es como una cosa tangible
que yo podría acariciar, estrujar, morder;
si dices una palabra más
con esa voz que me pones de punta en el pecho,
yo caería atravesada, muerta
por una espada invisible,
dueña del camino más recto a mi corazón.





Dulce María Loynaz

miércoles, 4 de junio de 2014

DONDE HABITE EL OLVIDO. (LUIS CERNUDA)




Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora;
donde yo solo sea
memoria de una piedra sepultada entre ortigas
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
no esconda como acero
en mi pecho su ala,
sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allá donde termine ese afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
disuelto en niebla, ausencia,
ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
donde habite el olvido.





Luis Cernuda 



miércoles, 28 de mayo de 2014

AHORA QUE NO ESTOY... (ANDRÉS NEUMAN)




Ahora que no estoy
me gusta más el viento cuando late
y la savia transcurre por los surcos,
me llega su apetito,
sus ondas abultadas
por cada objeto hermoso que atraviesan,
esos tímidos cuerpos musicales.
Pero no es más que un eco,
el eco en los jardines posteriores.
Hará falta alegrar esta canción,
por eso quiero fiesta en vuestro lado.




Andrés Neuman 


miércoles, 21 de mayo de 2014

LA POESIA (EUGENIO MONTEJO)




La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
ni siquiera palabras.

Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.







Eugenio Montejo 



miércoles, 14 de mayo de 2014

VISITA (OLIVERIO GIRONDO)





No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
díganle:
"se ha mudado".






Oliverio Girondo